Cómo las estrategias de involucramiento ciudadano llevan a las ciudades hacia soluciones de IA sensibles y con impacto

Citizen Engagement Strategies

 

La inteligencia artificial ha demostrado ya su potencial para transformar prácticamente todos los aspectos de la vida, incluida la forma en que los gobiernos locales resuelven problemas y prestan servicios. Al considerar nuevas aplicaciones para la IA, algunas ciudades están involucrando deliberadamente a sus residentes para ayudar a conectar estas transformaciones con las necesidades de quienes ahí viven. A continuación, los casos de tres localidades latinoamericanas muestran cómo están involucrando a sus ciudadanos para identificar situaciones en que resulta útil usar soluciones de IA, crear canales de retroalimentación y garantizar alineación continua con las necesidades de la comunidad.   

Abriéndose a la opinión comunitaria para identificar casos de uso adecuados para la IA.

Una de las oportunidades únicas que ofrece la IA es su capacidad para resolver problemas que sobrepasan o quedan fuera del alcance de métodos más tradicionales. Como medio clave para identificar esos retos específicos, las ciudades y sus gobiernos locales pueden abrirse a la participación ciudadana y comunitaria, asegurándose así de que las soluciones de IA desarrolladas estén realmente enfocadas en solucionar problemas relevantes para sus residentes.

Mendoza, Argentina, lleva años enfrentando un complejo problema de vertederos de basura ilegales en la zona natural del Piedemonte, que pone al municipio en riesgo de inundaciones y aguas contaminadas. A través de un evento público de innovación urbana en el que se presentaron avances y en el que se invitó a organizaciones cívicas a compartir ideas, las autoridades locales identificaron una organización de la sociedad civil con una perspectiva única sobre cómo la IA podría ayudar a abordar el problema. Juntas, identificaron dos retos específicos que la IA podía resolver mejor que los métodos humanos: la vigilancia constante del complejo terreno del Piedemonte y la identificación y caracterización oportunas de los vertederos. Como resultado de esa colaboración, un sistema de drones impulsado por IA permite a la ciudad monitorear fácilmente la zona, localizar vertederos antes de que representen un problema, así como conocer su tamaño y composición para atenderlos estratégicamente.

Desde entonces, la ciudad ha estado trabajando en dar oportunidades de participación más sistemáticas a sus residentes y la sociedad civil en la selección de casos de estudio para la IA. En este contexto, a finales de 2024, el Departamento de Transformación Digital, Ciudades Inteligentes y Gobierno Abierto de la ciudad lanzó el Comité Municipal de Inteligencia Artificial. Como parte de esta iniciativala ciudad invitó a los residentes, a través de su sitio web, a unirseal Comité, presentarideas y participar en proyectos activos. Al incluir un lugar para los ciudadanos junto al resto de los actores de la iniciativa, el Comité podrá orientar sus esfuerzos hacia retos donde la IA pueda aportar soluciones particularmente relevantes yútiles para la comunidad.

Creando canales para la comunicación y la retroalimentación ciudadana sobre proyectos de IA en curso.

La participación ciudadana también puede ayudar durante las fases de prueba y despliegue de soluciones de IA. Alentar a los residentes a familiarizarse con las iniciativas de IA y crear espacios para que expresen sus preocupaciones y prioridades puede orientar el desarrollo de los proyectos, ademásy aumentar la confianza ciudadana en la capacidad del gobierno para utilizar esta tecnología de forma eficaz y responsable.

En Las Condes, Chile, la seguridad pública es un tema prioritario para la comunidad. La ciudad ha desplegado una amplia red de dispositivos de vigilancia, incluyendo más de 3,000 cámaras y más de 20,000 sensores, para combatir la delincuencia y mejorar la seguridad. Previamente, estos dispositivos trabajaban de manera aislada; la reciente creación del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) permitió la integración, a través de IA, de los datos recogidos por estos dispositivos–que ahora incluyen también 2,200 cámaras de videovigilancia con IA– a lo largo y ancho de la ciudad. El CMU permite a las autoridades visualizar información en tiempo real, descubrir patrones más amplios y desarrollar análisis que ayudan a la toma de decisiones más informadas.

Sin embargo, la ciudad era consciente de que el uso de IA, particularmente para la videovigilancia, podría generar preocupación entre los residentes. Reconociendo la importancia de mantener la confianza de los ciudadanos, Las Condes puso en marcha un proceso participativo para familiarizar a la comunidad con la estrategia de IA de la ciudad, incluyendo el CMU, y conocer sus preocupaciones y prioridades. A través de 200 talleres con más de 1.600 participantes, la ciudad recopiló retroalimentación clave que se utilizará para nutrir la próxima Política Local de Inteligencia Artificial. Ésta influirá en la operación de todas las iniciativas de IA en Las Condes y definirá las próximas áreas de enfoque. Para fomentar la transparencia y mantener informados a los ciudadanos, se publicaron los resultados del proceso participativo y el calendario previsto para la Política. Esto permitió a la ciudad conocer, por ejemplo, que el tema en el que los residentes consideran que usar IA puede ser más beneficioso es el transporte público, seguido muy de cerca por la seguridad. 

Al abrir y mantener la comunicación con la comunidad, el gobierno local se está asegurando que los proyectos de IA actuales y futuros estén mejor alineados a las expectativas de los ciudadanos y tengan más probabilidades de obtener su apoyo.

Ajustando soluciones de IA para responder a las cambiantes necesidades de los residentes.

Uno de los atributos más prometedores de la IA es su potencial para evolucionar al mismo ritmo que los problemas y las necesidades ciudadanas. Esto la posiciona para desempeñar un papel no sólo en el desarrollo de nuevos servicios, sino también -dado que puede detectar y reflejar las necesidades de los residentes- en la transformación de los recursos existentes para servir mejor a sus beneficiarios. 

Una ciudad que ha centrado la evolución de sus servicios en los residentes para garantizar que las mejoras de IA correspondan a sus necesidades cambiantes es Buenos Aires, Argentina. El galardonado chatbot de IA de la ciudad, Boti, puede sostener conversaciones avanzadas sobre una amplia gama de temas, eventos, y servicios municipales, registrando millones de interacciones cada mes. La ciudad ha mirado primero hacia los residentes a la hora de ampliar la oferta de servicios del chatbot. 

"Continuamente aprendemos de la forma en que los usuarios interactúan con Boti y buscamos nuevas formas de optimizar la experiencia de los ciudadanos", comparte Pedro Alessandri, Subsecretario de Innovación y Transformación Digital de Buenos Aires. 

Boti solicita retroalimentación  a los usuarios por medio de preguntas simples que permiten identificar su nivel de satisfacción, saber si el usuario pudo resolver el problema y entender cómo fue su experiencia. Este proceso ha llevado a la evolución constante de Boti, haciendo sus servicios más prácticos y accesibles para todos los residentes, incluyendo adultos mayores y personas con discapacidad. En la actualidad, Boti es mucho más que un chatbot: es un asistente multifuncional para más de 450 temas, desde la renovación de una licencia para conducir hasta encontrar estacionamiento en tiempo real o presentar una denuncia.

Las experiencias de Mendoza, Las Condes y Buenos Aires destacan una lección crucial: el potencial transformador de la IA para las ciudades no reside en el uso de la tecnología en sí, sino en cómo las ciudades trabajan con y para la comunidad, desarrollando soluciones prácticas que respondan a las cambiantes necesidades e intereses de los residentes.