Ciudades con misión: Cómo Bogotá y Montevideo aprovechan el potencial de la gobernanza orientada a misiones

Spanish Spark Dec 2024

 

A medida que las ciudades enfrentan retos cada vez más complejos, un número creciente de líderes locales están recurriendo a la gobernanza orientada a misiones para abordarlos. Este enfoque implica la definición de objetivos claros y ambiciosos, que integren a múltiples actores en diversos sectores para abordar problemas sistémicos con un sentido colectivo de propósito público. En esencia, se trata de involucrar a toda la ciudad para abordar los problemas desde todos los ángulos posibles y recurriendo a todos los actores relevantes en el momento oportuno.

En América Latina, las ciudades están demostrando que—ya sea que explícitamente enmarquen o no sus esfuerzos como misiones—adoptar los principios del pensamiento orientado a misiones abre la puerta a soluciones innovadoras y transversales. Dos ejemplos regionales—el Sistema Distrital de Cuidado de Bogotá y las Mesas Barriales de Montevideo—destacan elementos de la gobernanza orientada a misiones que líderes locales de cualquier lugar pueden incorporar en cómo afrontan sus mayores desafíos.

Calibrar la acción al contexto local y perseguir la misión desde la base.

A diferencia de políticas públicas predefinidas y formuladas de arriba hacia abajo, la gobernanza orientada a misiones promueve esfuerzos flexibles, dinámicos e iterativos para diseñar e implementar soluciones en sistemas intrínsecamente complejos, haciendo el espacio necesario para experimentar y descubrir lo que realmente funciona. Comienza con la definición de una misión clara y ambiciosa, pero su eficacia depende de adecuar la misión a las complejas realidades de los actores que involucra. Al nivel de una ciudad, lograr la apropiación y aceptación local de la iniciativa es esencial, colectivamente definiendo problemas y construyendo soluciones que correspondan a las necesidades reales de la comunidad.

Montevideo está utilizando elementos de innovación orientada a misiones para alcanzar un objetivo ambicioso: la integración urbana y comunitaria de los barrios marginados de la ciudad a través de la mejora de infraestructura pública y el acceso a servicios básicos. Al centrar la participación y organización barrial, sus esfuerzos operan de abajo hacia arriba. Las Mesas Barriales son una iniciativa de la ciudad para facilitar que los distintos barrios identifiquen sus principales problemas, a menudo hiper-locales, los cuales se convierten en el núcleo de un esfuerzo entre residentes y funcionarios municipales para encontrar soluciones prácticas. Lucía Soca, del Departamento de Desarrollo Urbano de Montevideo, afirma: "Aunque tenemos una visión común preestablecida [para el programa], el trabajo parte de los problemas locales y construye hacia las soluciones".

Las Mesas utilizan un proceso iterativo para avanzar progresivamente hacia el objetivo de la ciudad. Comienzan con un esfuerzo colectivo para identificar obstáculos a la integración de un barrio en la ciudad, como acceso insuficiente a servicios de salud, caminos en mal estado o problemas de saneamiento, y luego trabajan en sesiones con representantes de la ciudad para diseñar conjuntamente posibles soluciones iniciales. A continuación, el gobierno ejecuta pilotos de las soluciones, recopila datos y reinicia el ciclo. Como parte de su enfoque, Montevideo reconvirtió un programa existente—creado originalmente para atender a los barrios marginados durante la pandemia del COVID-19—para la creación de las Mesas, aprovechando los espacios de comunicación previamente creados con la comunidad.

Ahora la ciudad está trabajando para incorporar y enfatizar más elementos de pensamiento orientado a misiones en la iniciativa, particularmente el refuerzo de la historia común que hila el trabajo de las Mesas a lo largo de la ciudad. "Queremos crear—y socializar—una narrativa sólida que destaque cómo todos los esfuerzos hiper-locales de los barrios trabajan por un objetivo común", afirma Soca.

Crear una red que abarque toda la ciudad para fomentar la colaboración transversal.

Como señala el Dr. Rainer Kattel, experto en gobierno orientado a misiones y profesor del Institute for Innovation and Public Purpose de University College London: "Las iniciativas orientadas a una misión toman un problema que trasciende la fragmentación gubernamental tradicional y requiere la creación de un sistema de actores alineados con un objetivo claro". Este no es el modo en que algunas ciudades están acostumbradas a trabajar. Sin embargo, una vez que las y los alcaldes han desarrollado una visión de abajo hacia arriba para lograr un cambio estructural, pueden recabar el apoyo del sector privado y otros actores para hacerla realidad.

En Bogotá, el Sistema Distrital de Cuidado aborda la carga desproporcionada que supone para las mujeres el trabajo de cuidados no remunerado, centrándose en reducir la carga, reconocer y certificar las habilidades de cuidado y redistribuir las responsabilidades entre hombres y mujeres. Un componente clave de la iniciativa, las Manzanas del Cuidado (una solución ganadora del Global Mayors Challenge de Bloomberg Philanthropies para centros comunitarios donde cuidadoras pueden acceder a diversos servicios) ilustran cómo un enfoque de misiones puede llevar la colaboración al siguiente nivel para impulsar el cambio.

La ciudad ha creado una red de instituciones públicas, empresas privadas y organizaciones comunitarias para ofrecer recursos como transporte, asistencia jurídica y formación profesional, todo al servicio explícito de la misión. Por ejemplo, Whirlpool ha contribuido con equipos de lavandería, mientras que una empresa local de informática ha proporcionado acceso a internet en zonas marginadas. A medida que la misión se amplía para incluir nuevos componentes, como unidades móviles que llegan a zonas desatendidas y un programa de asistencia a domicilio para cuidadoras confinadas en casa, recurre a alianzas en los sectores de salud, educación y servicios sociales para cubrir la provisión de servicios transversales e intensivos en recursos. "Procuramos encontrar una alineación natural con distintos actores a medida que se incorporan a la misión. Cuando su involucramiento es orgánico, éstos enriquecen aún más la misión", comparte Claudia Mirta, funcionaria local trabajando en el Sistema de Cuidado.

La ciudad considera esta colaboración esencial para su misión de cuidados y está trabajando para reforzar e institucionalizar la red de la misión a nivel de la ciudad, promoviendo su continuidad a largo plazo. Para ello, Bogotá oficializó el Sistema de Cuidado y su naturaleza intersectorial mediante un decreto oficial. Además, la ciudad está trabajando continuamente para incorporar más actores privados y de la sociedad civil a la misión y está desarrollando una estrategia de comunicación que socialice los resultados positivos y basados en evidencia de la iniciativa, para reforzar el apoyo de la ciudadanía. Estas acciones contribuyen a crear la voluntad pública y la certidumbre necesarias para instrumentar el apoyo de diversos sectores en torno al objetivo, durante el tiempo que tome alcanzarlo.

Mantener un equilibrio entre ambición, viabilidad y sostenibilidad.

Aunque las misiones deben aspirar a cambios transformadores, también deben ser realistas y sostenibles a largo plazo. Equilibrar estos elementos es crucial para mantener el progreso y evitar el agotamiento de las partes.

Aunque solucionar el problema sistémico de la desigualdad en el trabajo de cuidados es una tarea monumental, el Sistema de Cuidado de Bogotá empezó poco a poco, con una primera fase construyendo Manzana a Manzana, antes de escalar. "Empieza con lo que tienes, aunque la misión sea ambiciosa", aconseja Mirta, "Poco a poco se irán sumando más actores, intereses, recursos y momentum". Cada fase del Sistema se apoyó en seguimiento y retroalimentación, permitiendo realizar ajustes para maximizar el impacto. La viabilidad también es clave; por ejemplo, para hacer frente al considerable costo financiero del programa de asistencia domiciliaria, Bogotá está probando un modelo híbrido que transporta a las cuidadoras a Manzanas del Cuidado existentes. Este ajuste podría reducir costos en un 50% sin comprometer mayormente los resultados.

Montevideo opera con "puntos de entrada" para abordar los problemas de las Mesas Barriales de forma gradual. Por ejemplo, en lugar de revolucionar el acceso a la salud en todo el sistema, la ciudad empezó con clínicas móviles en zonas subatendidas. Estas iniciativas de menor envergadura generan resultados rápidos y crean momentum a la vez que informan estrategias a más largo plazo. El acercamiento flexible permite a la ciudad trabajar con los recursos que tiene, garantizando el progreso sin sobrecargarse. El realismo en las misiones también implica una comunicación honesta con las contrapartes. Soca afirma: "Ser sinceros y decirle a los vecinos o socios que no podemos hacer algo en este momento es mejor que hacer promesas vacías en favor de la misión mayor".

Las experiencias de Bogotá y Montevideo demuestran que la gobernanza orientada a misiones puede transformar cómo las ciudades afrontan retos complejos. Rainer Kattel explica por qué esto le entusiasma: "Las misiones solían centrarse en grandes esfuerzos nacionales, como los programas espaciales. Las ciudades son estos nuevos espacios emergentes experimentando con aplicar este método a asuntos situados en los vecindarios, muy cerca de la vida ciudadana". También señala que América Latina presenta un contexto ideal para las misiones: "En la región aún son comunes estos enfoques tradicionales para hacer políticas de arriba hacia abajo, dirigidas por un líder fuerte, pero hay un hambre de innovación; las misiones son una forma creativa de darle la vuelta a la dinámica.”